Desde hace ya muchos años, hablar de inteligencia significa mucho más que hablar de aprender los temas educativos o culturales, o pensar que es inteligente el niño que es bueno en matemática.
Partiendo de la base de que las habilidades humanas son tan variadas, la ciencia ha realizado avances maravillosos durante las últimas décadas, investigando cuáles son los mecanismos por los cuales las personas aprendemos, actuamos y nos relacionamos.
Si bien es cierto que históricamente, los educadores han señalado la necesidad de reconocer las diferencias individuales, actualmente esa tendencia ha cobrado más precisión y se encuadra en la Teoría de las Inteligencias Múltiples, inicialmente expuesta por el Dr. Howard Gardner en la década del ’80.
El Dr. Gardner diferencia ocho grandes “inteligencias” (con diversas sub-divisiones) y las llama así para jerarquizarlas y diferenciarlas de lo que habitualmente llamamos “habilidades”, “capacidades” o “talentos”, en un tono que parece cualitativamente menos importante. Según sus propias palabras, las personas están acostumbradas a escuchar expresiones como: “ mi hijo no es muy inteligente, pero tiene mucha facilidad para el dibujo, (... o la música, o las manualidades, o el deporte, ...etc.)”
Esas “facilidades” son verdaderas “inteligencias” en el más cabal sentido de la palabra, aunque a muchas familias aún les cuesta aceptarlo así.
Es de fundamental importancia que reconozcamos y aunemos toda la variedad de las inteligencias humanas, todas las posibles combinaciones de inteligencias, como manera de crear las mejores oportunidad para manejar adecuadamente las situaciones y los problemas a los que nos enfrenta la vida.
Los planes educativos escolares ya están integrando estos conceptos, pero consideramos muy importante que las familias conozcan los principios básicos para poder comprender, acompañar y estimular el desarrollo de sus hijos desde las épocas más tempranas de sus vidas, dentro del ámbito del hogar.
A continuación ofrecemos una reseña de las Inteligencias Múltiples y las características que los padres pueden observar en sus hijos:
- Inteligencia lingüística: sensibilidad a los sonidos, a la estructura, los significados y las funciones de las palabras.
- Inteligencia lógico-matemática: capacidad para comprender los sistemas numéricos y para manejar los esquemas de razonamiento lógico.
- Inteligencia espacial: habilidad para percibir con precisión el mundo visual y espacial.
- Inteligencia corporal o cinestésica: capacidad para controlar los movimientos del cuerpo y manejar objetos con destreza.
- Inteligencia musical: sensibilidad para apreciar ritmos, tonos y timbres y disfrutar de las expresiones musicales.
- Inteligencia naturalista: capacidad para relacionarse con la naturaleza y con las formas de vida animal y vegetal.
- Inteligencia interpersonal: habilidad para adecuarse a los estados de ánimo y los temperamentos de otras personas.
- Inteligencia Intrapersonal: capacidad para conectarse con los propios sentimientos y reconocer las propias emociones, así como las fortalezas y debilidades.
Esta reseña está basada en la Teoría de Gardner, pero a ella pueden agregarse otras manifestaciones humanas, como por ejemplo, la inteligencia pictórica (o de otras manifestaciones artísticas) la inteligencia espiritual y la inteligencia emocional, (concepto desarrollado por Daniel Goleman.) Esta última toma aspectos de las inteligencias intra e inter personales, agregando un enfoque más moral, relacionado con los valores y conductas socialmente más correctos.
Puntos clave de la Teoría de las Inteligencias Múltiples:
- Cada niño posee todos los tipos de inteligencia y puede desarrollarlas hasta un nivel adecuado de competencia, a pesar de que tendrá una o más que siempre serán preponderantes.
- Existe una gran variedad de matices, ya que hay muchas maneras de ser inteligente, aún dentro de cada categoría.
- El cerebro del niño trabaja en forma integradora, logrando un entramado complejo de las diferentes modalidades, siendo muy necesarios la oportunidad y el tiempo que le demos para lograr los procesos de desarrollo.
- Otros aspectos como la motivación y el entrenamiento, la capacidad de memoria y de atención, son de gran importancia a la hora de estimular las inteligencias.
- Existen algunos puntos fundamentales que influyen en el desarrollo de las inteligencias: los factores genéticos y hereditarios; la historia de vida personal (enfermedades, experiencias traumáticas, estímulos recibidos, etc.); la situación cultural y social (lugar de nacimiento y medio de crianza, entorno familiar, etc.)
¿Cómo estimular la inteligencia de nuestros hijos?
Ser padres es una mágica oportunidad que la vida nos da para compartir lo mejor de nosotros mismos. Más allá de los deberes legales y éticos, es primordial sentir que tenemos el “deber” de acompañar y ayudar a nuestros hijos en su camino a la felicidad.
Sin desconocer que los aspectos materiales son muy importantes, (ambiente adecuado, acceso a juegos y juguetes, disponibilidad de tiempo, etc.) el factor principal se encuentra en tener una mentalidad abierta para aceptar, con entusiasmo, el rol determinante que los padres tienen en esta misión; desarrollar una actitud sensible e investigadora, sabiendo que existe la certeza científica de que no hay límites al desarrollo y que todo niño es potencialmente muy inteligente. Es necesario tener en cuenta que junto con el estímulo, iremos incluyendo los valores esenciales de su personalidad, estimulando también su capacidad para reponerse frente a las dificultades, regulando su nivel de frustración, alimentando permanentemente su auto-estima y promoviendo todas las instancias posibles de reafirmar el afecto.
A medida que vayamos observando las conductas de los bebes y los niños, iremos descubriendo cuáles actitudes y conductas son fortalezas o debilidades en ellos, y trataremos de encontrar los momentos de relación familiar para el juego y las actividades más variadas.
A continuación presentamos una guía de ayuda para que esta observación se convierta en un desafío amoroso que nosotros, como adultos, deseemos asumir en la relación con nuestros hijos.
Haz clic en la imagen para ampliarla